El ataque con ransomware sigue en expansión y es prueba de la falta de acción en el tema entre usuarios, empresas y autoridades. La seguridad digital no sólo es un asunto serio, sino que debe ser observado por todos.
Buena parte del éxito de un ataque como Wannacry es que se aprovecha de la falta de precaución, la negligencia, la mala fe y el desconocimiento de una amplia gama de actores, que va desde los propios usuarios finales, pasando por los atacantes, hasta llegar a las empresas y los gobiernos." data-share-imageurl="">
El ataque con ransomware sigue en expansión y es prueba de la falta de acción en el tema entre usuarios, empresas y autoridades. La seguridad digital no sólo es un asunto serio, sino que debe ser observado por todos.
Buena parte del éxito de un ataque como Wannacry es que se aprovecha de la falta de precaución, la negligencia, la mala fe y el desconocimiento de una amplia gama de actores, que va desde los propios usuarios finales, pasando por los atacantes, hasta llegar a las empresas y los gobiernos.
El ataque con ransomware, bautizado como wannacry, se aprovecha de una falla de seguridad en Windows, descubierta en primer lugar por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés). La herramienta para explotarla fue robada de este organismo de inteligencia para ser publicada luego en internet por un grupo llamado Shadow Brokers, del que no se tienen mayores pistas hasta ahora.
Microsoft hizo pública la vulnerabilidad entre marzo y abril de este año y procedió a publicar actualizaciones para cubrirla. Los usuarios afectados no poseían la actualización.
El ataque con ransomware sigue en expansión y es prueba de la falta de acción en el tema entre usuarios, empresas y autoridades. La seguridad digital no sólo es un asunto serio, sino que debe ser observado por todos.
Buena parte del éxito de un ataque como Wannacry es que se aprovecha de la falta de precaución, la negligencia, la mala fe y el desconocimiento de una amplia gama de actores, que va desde los propios usuarios finales, pasando por los atacantes, hasta llegar a las empresas y los gobiernos." data-share-imageurl="">